Sri Ramakrishna Paramahamsa: 1836-1886
“Cuando la rectitud declina y la mala conducta aumenta, yo nazco para reestablecer la divinidad. Para la protección del bien y la destrucción del mal yo nazco en cada época.” — Bhagavad Gita.
“Quien fué Rama y quien fué Krishna ha nacido como Ramakrishna.” Dicho por Sri Ramakrishna dos días antes de su mahasamadi.
Sri Ramakrishna Paramahamsa es conocido en la India, y en el mundo, como un purna avatara, una incarnación total de Dios. El niño que, después de cien años de su nacimiento, fué reconocido como un descendiente del Divino en forma humana, del mismo nivel de Rama y Krishna en épocas pasadas, nació en una villa Bengali de Kamarpukur, India, en 1836.
Cuando su papá Khudiram andaba haciendo una peregrinación a Gaya para hacer las ceremonias obligatorias de sus ancestros, soñó que fué llevado al templo de Vishnu o Gadadhar donde una voz le dijo, “Me agrada tu devoción; yo nazco una y otra vez para corregir el mal y proteger el bien. Ahora voy a nacer en tu hogar y té a aceptaré como padre.”
El mismo año, un día su esposa Chandra Devi esta parada por el templo de Shiva cerca de su casa cuando una luz vino de la imágen y entró a su cuerpo. Se desmayó y cuando despertó, sintío que estaba embarazada.
El niño, Gadadhar, quien después fué conocido como Ramakrishna Paramahamsa, no lloró cuando nació como todos los bebés. La partera puso al recién nacido al lado de la chimenea para que no tuviera frío y fué atender a la mamá, y cuando regresó, encontró al niño sobre las cenizas de la chimenea, tranquilo, callado, cubierto, como Shiva, con las cenizas de renunciación. Esta era la manera de nacer del que iba a demostrar y enseñar que la lujuria y la avaricia constituyen “el mundo” que tenemos que renunciar en la búsqueda de Dios.
Gadadhar creció en una villa pastoral en Bengal; encantador con una personalidad animada, inteligente, precoz y travieso, tenía un gran repertorio de canciones religiosas que aprendió de los trovadores que andaban por las villas de Bengal en esos años. Sin embargo, no le interesaba el colegio, salvo para leer y escribir.
Cuando Ramakrishna tenía 17 años, su padre murió y el joven tuvo que viajar a Calcuta donde encontró empleo como sacerdote en el templo de la Madre Kali en un templo recién construído en Dakshineshwar. Siguió con este servicio hasta que la Presencia de la Madre fué tan palpable y real para él que la devoción formal se hizo innecesaria. Es entonces que entró una en étapa constante e inigualdada de sadhana.
Durante los siguientes doce años continuó a tener visiones del Divino en diferentes formas, y muchas experiencias espirituales. En estos años, casi no dormía ni comía.
Un mes después, maestros espirituales de diferentes prácticas fueron misteriosamente atraidos a Dakshineshwar y Ramakrishna practicaba con mucha dedicación cada práctica que ellos le daban y usualmente adquiendo la máxima experiencia de esa tradición a los tres dias. Invariablemente, los que llegaban a enseñar terminaban aprendiendo de él y partían edificados y con mucha admiración y reverencia para el mistico de Dakshineshwar.
Al fin, el gurú sannyasin, Tota Puri, llegó a guiar a Sri Ramakrishna a la Realidad más alta e impersonal de la “non-dual” (no dudalidad) Advaita Vedanta, y, como antes, a los tres días entró en nirvikalpa samadhi, y fué un gran asombro para su maestro quien le tomó quarenta años a llegar a ese estado.
Estos doce años son inigualados en la historia humana. Al final de su sadhana, Sri Ramakishna surguió con conocimiento total, de su propia experiencia, que todos los caminos espirituales de todas las religiones, si bien practicadas, llegan a la misma Realidad Divina, hacia el Creador del Universo, cada religion enseñando una faceta diferente de Dios y una manera diferente de como relacionarse con Dios.
Durante estos doce años de “locura Divina”, en un atrevimiento errado de su familia de volverlo a un estado mental común, lo casaron con una joven de la villa llamada Sarada Devi. Cuando el ciclón de experiencias espirituales disminuó y Ramakrishna surguió como el inigualdable santo que era, y estaba listo para asumir su papel de maestro mundial, invitó a su esposa a que lo acompañara a Dakshineshwar.
Cuando ella llegó, él la reconoció como la manifestación en vivo de la Divina Diosa, y la relación entre ambos continuó siendo espiritual. Ella era muy modesta y sin pretensiones que muchos de los cientos de visitantes y devotos que hacían la peregrinación a Dakshineshwar para ver al Santo, ni sabían de la existencia de ella.
Después del fallecimiento de Ramakrishna, Sri Sarada Devi, o la Sagrada Madre como es hoy llamada, fué más reconocida. Poco después, de todas partes venían a ver a la esposa sagrada del Gran Maestro y durante su larga vida, miles de miles de devotos llegaron a tocarle sus pies y a recibir su bendiciones como darshan de la Madre Universal.
Para apreciar todo lo sucedido y de todas las bendiciones que se han manifestado en la forma de Sri Ramakrishna, tenemos que aprender toda la historia de su increíble vida.
Shree Maa y Su Gurú
Shree Maa habla muy poco de su divina relación con Sri Ramakrishna. Aun de niña, sentía una relación especial con él y fué guíada por él como maestro en muchas maneras. Hoy en día, lo considera como su Gurú y compañero, que está con ella continuamente guíandola y protegiéndola. Fué él quien la llevó al Devi Mandir y le dijo que era el lugar apropiado para construir un ashram y templo.
En el Templo Devi Mandir, Shree Maa tiene un altar especial para Sri Ramakrishna donde se práctica adoración diariamente. Ella y Swamiji han traducido del Bengali, el Kathamritam de Mahendranath Gupta, el texto de las conversaciones con más autoridad del Gran Maestro.